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lunes, 2 de julio de 2007

La migración campesina está despoblando las zonas rurales

ENCARNACION (De nuestra redacción regional). La migración campesina hacia las ciudades y el exterior va dejando sin mano de obra joven a las campiñas rurales, que cada vez más está integrada por ancianos y niños.

Rosalino Gauto (68), padre de 14 hijos, 11 de los cuales viven en la Argentina, se ve obligado a contratar manos que le ayuden en algunas tareas agrícolas.

De acuerdo a lo señalado por Gauto, poblador de una compañía rural de Coronel Bogado, unos 60 kilómetros al oeste de esta capital departamental, todos sus hijos se vieron obligados a emigrar en busca de mejores horizontes, atendiendo a que la producción agrícola no tiene un futuro de perspectivas mejores.

Gauto sostuvo que la agricultura ya no ofrece ninguna posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la población. “El algodón, que era nuestro principal rubro de renta, cada vez está peor, no sale nada, la semilla no sirve, y la única alternativa parece que es el algodón transgénico”, sostuvo.

Refirió que ahora comenzó un proyecto de cultivo de caña de azúcar y elaboración de miel de caña, pero para la cosecha tuvo que contratar operarios, porque a su edad ya no puede trabajar con mucha intensidad. Tengo que contratar mano de obra a G. 20.000 por día, acotó.

La situación de este productor agrícola es similar a la de muchas familias campesinas que sufren la diáspora de sus hijos jóvenes, quedando solamente ancianos y niños. Esto tiene su efecto económico, pues la producción campesina en rubros de subsistencia y alimentos de consumo familiar sufre su consecuente disminución.

A tal punto afecta la migración de gente del campo que algunos distritos tienen dificultades para recaudar el presupuesto municipal, tal como sostuvo el intendente de San Pedro del Paraná, Sixto Figueredo (PLRA), quien afirmó que en su municipio tiene un presupuesto de G. 800 millones de Ingresos corrientes, pero se verán obligados a reprogramar el presupuesto debido a que no podrán recaudar; la economía está deprimida porque no hay gente que trabaje.

A la misma conclusión llegó el curapárroco del lugar, P. Aurelio Martínez, quien sostuvo que incluso la Iglesia está teniendo problemas porque la ausencia de jóvenes hace que no tengan siquiera catequistas.

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